TESTIMONIO 1: UNA RELACIÓN DOLOROSA

jueves, 29 de enero de 2009

He estado 4 años con una chica, que fue mi primera chica.

Nos conocíamos del colegio, pero no teníamos una relación profunda.

Una tarde, por casualidad, había quedado con mis amigas y ella estaba también. Tuvimos una pequeña conversación e intercambiamos los números de teléfono. Más adelante quedamos, y poco a poco me fui enamorando, aunque no quería, por el miedo a afrontar de una vez mi orientación sexual.

Al principio todo iba sobre ruedas, ella me gustaba porque me hacía sentir especial, una especie de musa, y sobre todo, muy protegida. Pero pronto empezó a criticar mi vida anterior, de manera que parecía que lo único bueno que me había pasado en la vida era estar con ella, y que de hecho, si me pasaba algo bueno era porque estaba con ella.

Así, poco a poco, me fue mermando la autoestima. Tal vez ella tenía falta de autoestima y necesitaba que yo me sientiese mal para sentirse ella mejor que yo.

El caso es que llegó un día y me dijo algo que me dolió tanto que le di un guantazo. Un error muy grande, claro está. Y a partir de ahí, empezó a llamarme maltratadora, y cada vez que hacía algo malo, me decía que yo no era quien para quejarme, porque era una maltratadora.

Realmente, creo que sí lo era. Que lo éramos las dos, cada una a nuestro modo. Ella siempre me insultaba y se enfadaba conmigo por cosas que no tenían sentido, y yo si algo me dolía reaccionaba intentando hacerle daño, en vez de dialogar para ver si se arreglaban las cosas. Era como una lucha, en vez de una relación de pareja. Yo le hacía daño a base de bofetones o dicéndole cosas que sabía que le herirían. Ella con su actitud fría, y machacándome de que yo no valía nada y que podía sentirme afortunada de que no me dejase.

Ella seguía conmigo pero siempre recordándome que me estaba perdonando la vida. Empezó a devolverme los golpes, pero bastante más fuertes que los míos. Me hacía moratones, o sangre. A veces tenía que huir de casa (vivíamos juntas) porque si no, no sabía qué iba a ser de mi vida.

Incluso quise quitarme la vida, y lo intenté varias veces. Pero siempre al final veía un pequeño rayo de esperanza para seguir luchando por esa relación.

Al final, pudo más todo el dolor y el mal rollo y lo dejamos. Fue porque un día como otro cualquiera, en una discusión, cortó conmigo, me dejó "por un tiempo", diciéndome que volvería conmigo cuando me lo mereciese. Yo lo intentaba pero nada le servía. Así que un día le dije que me daba igual si me lo merecía o no, pero que no quería que volviese conmigo, porque si le gustaba, bien, y si no, pues que eso era lo que había y que tenía dos opciones, tomarlo o dejarlo. Y así acabó la relación. Todo un alivio.

Después de esta relación he tenido otras, y no han sido tan tortuosas. No he vuelto a ponerle la mano encima a nadie ni nadie me ha dicho las cosas tan bestias que ella me decía. Ahora soy una persona feliz y estoy aquí para atestiguar que de todo se sale, y que las relaciones hirientes nos pueden servir para algo: para aprender lo que no queremos en nuestra vida, y para dar gracias cuando todo nos va bien, porque comparamos y vemos que hay que apreciar todo lo bueno que se nos pone por delante.

8 comentarios:

Eco dijo...

Lo que quieras, Drea, sabes que mi textos son siempre tuyos. Un besazo
PD: vuelvo a verla demasiado...

Unknown dijo...

Jo, qué ilusión, mañana mismo sale entonces.

Ay ay ay... pero a lo mejor eso de que no le importas sólo lo crees tú...

Sergio dijo...

Las leeremos con gusto, te mande por correo una noticia interesante.

Saludos

Eco dijo...

Uff, qué va, qué va... pero ya me he resignado. ¿por qué me rindo tan fácil? en fin... ^^ Besos

Unknown dijo...

Sergio, ya lo vi, interesantísimo.

Aspirante, sigo sin creer que te ignore de esa manera. Con lo carismática que tú eres...

Unknown dijo...

Aspirante creo que nunca se sabe que puede pasar con el tiempo, de verdad nunca se sabe.

Unknown dijo...

Me gusta la historia, tortuosa, pero con final feliz.

Unknown dijo...

Gargon, estoy de acuerdo contigo en lo de la Aspirante. La historia es, a mi juicio, educativa. No sé por dónde cogerla pero creo que se puede sacar una decisión en un momento dado.