¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, preguntó la señora
Winterson a su hija Jeanette cuando ella, recién cumplidos los dieciséis
años, le confesó haberse enamorado de otra chica. Extraña pregunta,
pero poco más podía esperarse de una mujer que había adoptado a una niña
para hacer de ella una aliada en su misión religiosa, y en cambio se
las tuvo que ver con un ser extraño que pedía a gritos su porción de
felicidad.
Armada con dos juegos de dentadura postiza y una pistola escondida bajo los trapos de cocina, la señora Winterson hizo lo que pudo para disciplinar a Jeanette: en casa los libros estaban prohibidos, las amistades eran mal vistas, los besos y abrazos eran gestos extravagantes, y cualquier falta se castigaba con noches enteras al raso, pero de nada sirvió. Esa chica pelirroja que parecía hija del mismo diablo se rebeló, buscando el placer en la piel de otras mujeres y encontrando en la biblioteca del barrio novelas y poemas que la ayudaran a crecer.
Eso y mucho más es lo que ofrecen estas páginas excepcionales, donde la alegría y rabia andan de la mano; un libro de memorias destinado a convertirse en un clásico de la literatura contemporánea.
«Necesitaba palabras porque todas las familias infelices sellan un pacto de silencio. Quien rompa ese silencio jamás será perdonado. Él o ella tendrá que aprender a perdonarse a sí mismo.»
Armada con dos juegos de dentadura postiza y una pistola escondida bajo los trapos de cocina, la señora Winterson hizo lo que pudo para disciplinar a Jeanette: en casa los libros estaban prohibidos, las amistades eran mal vistas, los besos y abrazos eran gestos extravagantes, y cualquier falta se castigaba con noches enteras al raso, pero de nada sirvió. Esa chica pelirroja que parecía hija del mismo diablo se rebeló, buscando el placer en la piel de otras mujeres y encontrando en la biblioteca del barrio novelas y poemas que la ayudaran a crecer.
Eso y mucho más es lo que ofrecen estas páginas excepcionales, donde la alegría y rabia andan de la mano; un libro de memorias destinado a convertirse en un clásico de la literatura contemporánea.
«Necesitaba palabras porque todas las familias infelices sellan un pacto de silencio. Quien rompa ese silencio jamás será perdonado. Él o ella tendrá que aprender a perdonarse a sí mismo.»
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5 comentarios:
Tiene una pintaza
La historia creo que tiene que merecer la pena leerla. A mi desde luego el argumento me despierta curiosidad.
Sí, lo vi ayer y son 21 eurazos de libro y no es que sea un tomo de enciclopedia precisamente como para costar eso...
Lo cual es una pena porque tiene pinta de ser muy interesante
Sí, lo vi ayer y son 21 eurazos de libro y no es que sea un tomo de enciclopedia precisamente como para costar eso...
Lo cual es una pena porque tiene pinta de ser muy interesante
Sí, eso es cierto. El precio es lo que echa para atrás en muchos de los libros que he publicado por aquí.
Saludos
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